Ah que momentos nos regala la vida
Ayer estábamos en la casa del Peque. Después de cenar tacos de venado nos dispusimos a ver HDTV y jugar con su Xbox. Después de ver a Marcus Palos despedazar a cientos (quizá miles) de miembros de la horda Locust, el Peque decidió cambiar de juego y sacó su VIVA PIÑATA.
El cabrón se puso a explicarnos en qué consistía el dichoso jueguito, y se puso a arreglar su jardín, comprar dos plantas y ver como la pareja disfuncional de pájaros no lograba empollar. Después de un rato de ver a sus animales, decidió comprar una casa para no sé qué bicho.
La dichosa casa costaba 150 puntos, fierros, pancholares o la moneda que se maneje en ese juego, y este cabrón no tenía lana ni para una cucharada de fertilizante. Ah! pero no hay problema, se puede vender casi cualquier cosa que tengas en tu jardín, desde el mobiliario, las piedras, hasta los mismos animales que en él habitan.
El peque fue con la monita que compra cosas, y se puso a ver el valor de algunos animales que habitan en su jardín. Nos sorprendimos todos al encontrar un animalucho por el que la monita estaba dispuesta a pagar 300 varos. De volada el peque aceptó el trato y lo vendió.
Acto seguido compró la casucha y la colocó en su jardín. Nadie se iba a vivir ahí, y después de un rato, le pregunté... Oye pinche peque, para cual de tus animalitos es la casa que acabas de comprar.
El peque contestó... Para el que vendí!
Jajaja!!!! Pinche peque te mamasteee. Gracias por los 15 minutos de risas incontrolables que nos regalaste al Zorik y a mi.
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