Manifiesto de renuncia a la Ñoñez

Hoy, 20 de Enero del año 2008, después de haber vivido durante 32 años creyendo que la ñoñez, las cartas románticas, el amor, los poemas, las canciones melosas, el buscar igualdad con una mujer, el ver los dos en la misma dirección y demás basura me llevaría a encontrar al amor de mi vida, manifiesto que renuncio a todo eso al darme cuenta de que sirve para un cuerno.

No voy a negar que he vivido momentos intensos, de mucho amor. Claro que los he vivido! Tampoco puedo decir que todo el tiempo que he vivido ha sido un desperdicio o que debe de caer en el olvido. ¡Para nada!

Al contrario, por esa parte debo de estar agradecido con esta vida, ya que me ha dado la oportunidad de disfrutar del amor muchas veces, aunque en momentos efímeros.

Entonces al hacer un análisis de lo efímero de esas relaciones surge la pregunta: ¿Qué estoy haciendo mal?

Yo como persona quisiera llevar una relación de la mejor manera posible, trato de complacer a mi pareja, pasar tiempo valioso con ella, satisfacer sus necesidades dentro de mis posibilidades... Al principio de mis relaciones todo es como miel sobre hojuelas: de pocamadre la relación, de pocamadre el sexo, y de pocamadre todo.

Pero pasa el tiempo... y más o menos a los 7 meses (eso lo tengo medido y estudiado) la relación se desinfla, se desanima la cosa, la mujer se va a otro lado (cuando no a otro país), yo me aburro... algo pasa.

Leyendo blogs, escuchando podcasts, analizando textos de expertos, platicando con amigas de a deveras y apoyándome en todo tipo de literatura al respecto descubro que las mujeres cargan con una serie de complejos tremendos que les impiden llegar a sentirse plenas y satisfechas con un monito que les ponga todo en bandeja de plata.

¡Hazme tú el chingado favor! Ahora resulta que para poder hacer feliz a una mujer tienes que ser un verdadero hijo de la chingada. No sirve de nada el solo hecho de pretender serlo, sino que debes de ser un misógino, convencerte que tu vieja es inferior, o que no vale la pena... ¡Y eso las volverá locas!

Bueno, pues en contra de todas mis creencias, y del ejemplo que recibí de mi padre, me he dedicado a ser un desconsiderado con las viejas estos últimos 4 meses. Al principio como que no me sentía muy a gusto, pero tomando tips de un lado y de otro, poco a poco lo va uno logrando, te vas haciendo a la idea.

Esos 4 meses me han bastado para decir con toda seguridad que esa teoría es cierta. A las viejas les atrae mucho más un cabrón patán, desconsiderado con ellas, misógino, mamón, cretino y demás (chale, de haber sabido hubiera sido así desde los 20 años).

Sobre los motivos que llevan a las mujeres a preferir a hombres con estas características no me alcanza el blog, pero en cualquier borrachera los podemos discutir.

Por lo pronto resumo todo lo anterior en que el Hugo que conocieron las mujeres hasta hoy fue uno. El de mañana será otro muy distinto. Jamás llegarán a comprenderlo, será misterioso, evasivo, se comportará en momentos ausente y tal vez desconsiderado, pero les dará lo que en el fondo de sus corazoncillos piden, y las hará felices eternamente.

Así lo piden, así lo tienen.